En la entrada anterior veíamos la definición de uno de los criterios de eficiencia más extendidos en la ciencia económica: la eficiencia en el sentido de Pareto. A pesar de su amplia difusión y de su aceptación general, no es el único. En 1939 dos economistas británicos, John Hicks y Nicholas Kaldor ampliaron los límites de la eficiencia paretiana mediante la introducción del concepto de compensación. Recordamos que para Pareto una asignación era preferible a otra si ésta reportaba un bienestar adicional al conjunto sin perjudicar a ninguno de sus integrantes (es decir, una asignación es eficiente si no puede encontrarse otra asignación en la que nadie esté mejor sin perjudicar a nadie, ver más aquí). Sin embargo, estos dos economistas van más allá.
Kaldor estableció que una asignación será preferible a otra inicial si en el transcurso de una a otra el "ganador" es capaz de compensar a los "perdedores" con las ganancias percibidas y aún así retener un beneficio. Volvamos con Pedro y Ana, los personajes de la entrada anterior. Supongamos que ambos tienen un sueldo de 2.000 euros. Entonces el jefe de ambos (que es bastante arbitrario) propone a Ana lo siguiente: subirle el sueldo 200 euros a costa de rebajarle a Pedro el suyo el 100 euros. Pues bien, según Kaldor la nueva asignación sería teóricamente eficiente, ya que Ana podría "compensar" a Pedro pagándole 100 euros con su nueva asignación y todavía Ana conseguiría 100 euros más. El sueldo de ambos quedaría entonces en 2.100 y 2.000 euros, respectivamente. Ana sale ganando en principio a costa de Pedro, pero puesto que sería capaz de compensarle con su nueva asignación, Pedro no sale perdiendo en el proceso. Esta nueva asignación conseguida sería entonces eficiente en el sentido de Kaldor, y además, dada la compensación también lo sería en sentido de Pareto. Cónstese que esta compensación únicamente requiere ser posible en la teoría para cumplir el criterio de eficiencia.
El criterio desarrollado por Hicks es análogo, pero planteado de forma inversa. Así, Hicks argumenta que una asignación será preferible a otra si en el transcurso de la primera a la segunda los "perdedores" no fuesen capaces de "sobornar" a los "ganadores" para que no realicen el movimiento. Siguiendo con Pedro y Ana, pensemos ahora que el sueldo de Pedro queda reducido en 100 euros para que el de Ana aumente en 200 euros. Como Pedro (que es el "perdedor") no sería capaz de "sobornar" a Ana para que no aceptase su nueva asignación, ésta será eficiente en el sentido de Hicks. Como decíamos, puede verse que tratamos en términos inversos. Dado que Pedro no sería capaz de "sobornar" a Ana para que no aceptase, a la inversa Ana sería capaz de "compensar" a Pedro y aún así salir ganando. Una vez más, se trata del mismo argumento en términos inversos.
Ambos criterios se complementan desde distintas ópticas, y por tanto, lo más habitual es hablar del criterio Kaldor-Hicks de eficiencia económica, el cual sienta una de las bases fundamentales de la teoría del bienestar en la ciencia económica. Su forma actual se la debemos al economista húngaro Tibor Scitovsky (1910-2002), quien ante las aparentes paradojas que planteaba el criterio de Kaldor (si los "perdedores" eran compensados podían a su vez pagar a los "ganadores" para volver a la situación inicial, por ejemplo), postuló la necesidad de complementar éste con el criterio de Hicks, teniendo como resultado su definición conjunta actual. En la línea anterior, no hace falta demasiada imaginación para sustituir en nuestro argumento a cualquiera de nuestros personajes por el sector público y las políticas de redistribución que éste desempeña. En este sentido, además, este nuevo criterio tiene importantes implicaciones. Con el criterio paretiano, la redistribución de la renta quedaba relegada a una mera cuestión política entre distintos colectivos. El criterio de Hicks-Kaldor, por su parte, muestra que más allá de la confrontación política la redistribución puede ampliar las restricciones paretianas hacia una eficiencia que al mismo tiempo reporte un mayor bienestar para los implicados siempre que, por supuesto, los mecanismos de compensación sean los adecuados.
4 comentarios:
¡Cuidado! Lo que se conoce como criterio de Hicks-Kaldor se debe a Scitovsky, que establece que una situación es preferible a otra si cumple con los dos anteriores criterios: el de Hicks y el de Kaldor.
Lo menciono porque puede parecer que fueron los dos primeros economistas los que llegaron a un acuerdo o algo pareceido, y no, fue labor de Scitovsky y su criterio.
Un saludo.
Un apunte más que importante, entonces. En verdad suponía que la sistematización de ambos conceptos habría venido por parte de algún economista posterior, pero desconocía de quién se trataba. Así que no está de más mencionarlo no sólo para evitar confusiones, sino también por respeto a la labor de cada cual.
Paso a incluir tu anotación en el cuerpo de la entrada si no te importa. Además, gracias otra vez y por supuesto, bienvenido Alberto. Encantado de tenerte por aquí :)
Muchas gracias por una bienvenida tan calurosa y amable.
Paso a enlazar con tu permiso, a mi blog el tuyo, al cual estoy descubriendo poco a poco y creo, muy interesante y didáctico.
Un saludo.
Desde luego Alberto. Te lo agradezco enormemente ;) Es más, cualquier cosa que quieras comentar, proponer o criticar siempre (repito, siempre) será bienvenida.
Gracias de nuevo. Estás en tu casa :)
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